Cada inicio de año algunas personas, nos proponemos nuevas metas, deseos o aspiraciones. Que al momento de reiniciarse el contador de días en enero nos inyecta una energía positiva o sentimiento de que debemos establecer objetivos para el año que recién inició.

Sin embargo, en ocasiones simplemente es una lista reciclada de metas incumplidas de años anteriores, descuidadas e incluso olvidadas o sencillamente son producto de esfuerzos fallidos y circunstancias de los últimos meses del año que acaba de finalizar. Por ejemplo, ¡este año voy a pagar todas mis deudas! En enero voy para el gimnasio, entre otras grandes ilusiones que se van desvaneciendo en el mismo primer mes de enero.

Creando un círculo vicioso interminable donde solo cambia el año y seguimos viviendo el mismo día a día con sus afanes… Reconociendo que quizás estoy hablando por mí mismo, y esto no le pasa a ninguno de ustedes, decidí recopilar algunos “tips” de lo que aprendí en algunos libros, artículos y conversaciones con amigos; Al mismo tiempo tratar hacer una mezcla con metodologías de proyectos a ver qué sucede y este 2018 obtengamos resultados diferentes:

1-. La famosa lista y sus prioridades. Si bien es cierto es algo obvio, ya que este debe ser el punto de partida, aunque en ocasiones el error que cometemos es hacer la lista de Santa Claus y colocar 7,8 hasta 10 metas para el año. No es que no seamos capaces de lograrlas, pero una lista tan larga nos genera estrés el simple hecho de mirarla.

Dicho lo anterior debe ser una lista corta de metas, ¡de 3 a 5 No Mas! De forma que podamos priorizar rápidamente sobre cual deseamos trabajar en lo inmediato y cuál sería la siguiente. No sea obsesivo compulsivo y priorice por orden de dificultad de fácil a difícil.

2-. Establezca un plan realista. La diferencia personal que encuentro entre una meta y un sueño, es que para el ultimo no se tiene la certeza de los pasos a realizar para lograrlo. Escenario opuesto al de una meta, ya que debes saber la serie de pasos a seguir para lograr eso que anhelamos en un tiempo finito (preferiblemente corto), con resultados medibles.

Si la meta del año fuera: “obtener cuadros en el abdomen (six pack) haciendo ejercicio y dieta”, a sabiendas de tener 2 o 3 veces la masa corporal que corresponde a mi altura. Reconozca que eso es un sueño y mejor establecer ese plan realista de una meta, indicando: “Mi meta es perder 5 libras por mes”. Al final del año puede que aún no tengas ese cuerpo de modelo de revista, pero habrás perdido unas 60 libras.

3.- Revise periódicamente el progreso y Corrija. El peor error que cometemos, insisto estoy hablando por mí, es que buscamos esa lista a finales del mes de diciembre, cuando ya es tarde y no hay nada que hacer… ¿Cuánto peso era que iba a perder este año?

Lo que no mides, no lo puedes corregir. Debes medir tus resultados en tiempos periódicos fijos, ya sea mensual o cada 2 o 3 meses, de forma tal que puedas verificar los resultados y hacer un análisis de lo logrado, que hiciste bien y que no tan Bien. Solo de esta manera podrás corregir para el próximo ciclo lo que no hiciste bien. Esto evitará esperar el final de año para ver los resultados. ¡Incluso durante el proceso puedes ajustar el objetivo, sin que esto signifique hacer trampa! Siguiendo con el ejemplo de perder peso, descubres que puedes perder 7 libras en vez de 5 puedes lograr tu meta en menos tiempo e incluir otra más retadora. ¡Si solo puedes perder 3, no pasa nada haz hecho tu mejor esfuerzo!

4.- Repita los pasos nuevamente. Como esto no es una fórmula mágica de logro de metas, solo nos queda ser persistentes y repetir estos pasos hasta que salga natural y se vuelva un hábito. A medida que veamos las cosas que hemos hecho bien, aprenderemos sobre lo que debemos seguir haciendo y con las cosas que no salieron bien, verificar que diferente debemos hacer o innovar.

La vida no tiene un manual que garantice el éxito de lo que hacemos o anhelamos, sin embargo, la disciplina, pasión y constancia que apliquemos a nuestros objetivos determinaran que tanto nos acerquemos a ellos y que no sean estrellas fugaces de un año que pasó.

Es gratificante lograrlo, pero cuando no es así, lo más valioso es el aprendizaje del proceso, que luego utilizaremos como información para lograrlas y no cometer los mismos errores. Si no es así, perdiste la oportunidad de un año completo.

Un fuerte abrazo y feliz 2018.